Para muchos jubilados británicos y del centro y norte de Europa, es común pasar el invierno en la costa de Alicante debido al agradable clima mediterráneo, que contrasta con sus lugares de residencia habituales. Sin embargo, en medio de la actual crisis, esta temporada invernal en Alicante presenta un elemento inesperado.
La situación en Europa, marcada por el aumento de los precios de la energía, ha llevado a que gran parte del sector residencial se pregunte si este tipo de turismo se expandirá en los próximos meses para aquellos que buscan no solo temperaturas más suaves, sino también ahorro energético.
Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera Hosbec, señala que durante noviembre y en previsión de diciembre, enero y febrero, los meses más rigurosos del invierno europeo, se observará cómo se comportan los mercados y si hay variaciones respecto a años anteriores en lo que se refiere al turismo energético.
En la costa alicantina, ya se han detectado algunas reservas de una semana de duración, que la Asociación de Apartamentos y Viviendas de Uso Turístico de la Comunidad Valenciana (APTUR CV) interpreta como una predisposición a pasar estancias más prolongadas durante los meses invernales por parte de los visitantes europeos.
Miguel Ángel Sotillos, presidente de la asociación, menciona que será con la llegada del frío cuando se confirmen o no estas expectativas, ya que Alicante tiene experiencia con clientes de invierno de larga estancia, y determinar la influencia del aumento de los costos energéticos en la decisión de viajar resulta complicado.
Sotillos comenta: «Previsiblemente, a medida que el frío se instale en el centro y norte de Europa, buscarán lugares más cálidos o de un nivel económico más accesible, al menos eso esperamos. Todo dependerá de cuándo llegue el frío y si los precios de la energía continúan altos».
En octubre, se registraron algunas reservas a lo largo de la costa mediterránea por parte de escandinavos o alemanes en áreas que no suelen frecuentar durante ese periodo, como Benidorm. No obstante, Sotillos considera que estas fueron estancias iniciales para explorar la zona «y ver si les gusta antes de comprometerse» para la temporada invernal.
En la región, hay aproximadamente 80,000 viviendas turísticas registradas, de las cuales alrededor de 50,000 están disponibles para alquilar en cualquier época del año. Sotillos asegura que hay suficientes viviendas «para todos los turistas europeos que deseen venir a pasar el invierno».
La verdadera prueba para determinar si el turismo energético elige la Comunidad Valenciana este invierno y si este «plus» de turismo se materializa será cuando lleguen «las primeras facturas» a los hogares de los visitantes europeos.